Thursday, April 12, 2012

El Significado de la Resurrección de Jesús en nuestros tiempos


La Resurrección de Jesús sigue teniendo un significado en la humanidad en nuestros tiempos.  En términos litúrgicos se celebra una Octava de Pascua, que comienza el Domingo de Resurrección y termina el próximo domingo, Domingo de la Divina Misericordia.  Esto se debe a que es un tiempo tan y tan importante que la celebración no cabe en un solo día.

Al meditar el evangelio que se lee en la Octava de Pascua se puede apreciar la narración de distintos acontecimientos que ocurrieron en un solo día, quiere decir, en las primeras 24 horas de la resurrección.  Sos acontecimientos son la razón de ser del católico y el Año Litúrgico siempre gira en torno a ese gran acontecimiento y trinfo sobre el pecado y sobre la muerte.

Si vemos el Evangelio de hoy según San Lucas observamos a Jesús cuando se le acerca a sus discípulos.  En un momento dado ellos sintieron miedo al creer que era un fantasma.  Hacía apenas un momento se le había aparecido a los Discípulos de Emaús y ya ellos sabían lo ocurrido y estaban alegres hablando sobre el particular.

Las palabras de Jesús hacia ellos son las que marcan el significado de la Pascua.  "Mientras estaban hablando de todo esto, Jesús se presentó en medio de ellos y les dijo: "Paz a ustedes.", Lucas 24, 36.  Ahí lo tienen.  Paz y donde hay Paz hay alegría.

¿Cómo se adapta a nuestros tiempos?

Todos los días cuando nos levantamos es una celebración del Cristo Resucitado.  Donde hay Paz y Alegría, hay una manifestación de Cristo Resucitado en medio de nosotros.  Esa alegría de estar en familia, en un trabajo, en el amor de pareja, en el sacerdocio, en la vida consagrada, en fin, en nuestro diario vivir, es una manifestación de Cristo en medio del prójimo.

Donde hay Paz hay Alegría y donde hay Alegría hay Paz.  El hombre que tiene Alegría y tiene Paz es luz para el resto de la humanidad y mientras más personas sean iluminadas, el Mundo se llena de mucha Luz.  Esa luz es Cristo Resucitado, el que nos saca del pecado y las tinieblas y nos lleva a la Luz y la Gracia.  Es aquel que nos lleva de la muerte a la vida.

Donde hay odio, rencor, guerra y oscuridad, Jesús nos invita a que sigamos siendo luz en medio de la humanidad para así ser portadores de Paz y Alegría.  Este camino no es fácil pues hay que estar en gracia.  Esa gracia que recibimos de Dios se da cuando nos acercamos a él a través de la oración y la participación de los sacramentos, especialmente la Eucaristía, donde Cristo se hace presente en una porción de pan sin levadura.

Seamos portadores de Paz y de Alegría para los demás.  Dios les bendiga...

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