Hoy, Domingo VII de Tiempo Ordinario continuamos con los episodios del Evangelio de San Marcos sobre la obra que hizo Jesús durante su vida pública. En este caso vemos como sanó a un paralítico y como se tuvo que nuevamente enfrentar a los Maestros de la Ley, Fariseos y Letrados.
Mientras Jesús le perdonó los pecados al paralítico los letrados estaban sentados allí protestando lo ocurrido. "¿Cómo puede este hablar así? Blasfema. ¿Quien puede perdonar pecados sino solo Dios?", Marcos 2, 7.
Jesús inmediatamente supo lo que pensaban y les dijo: "¿Por qué piensan así en su interior? ¿Qué es más fácil? ¿Decirle al paralítico que sus pecados quedan perdonados o decirle que cargue con su camilla y camine? Pero para que sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados", Marcos 2, 8-10.
Esta buena noticia que alegra a los marginados escandaliza a las autoridades religiosas y políticas. Una vez más Jesús tiene que confrontar a los herodianos, fariseos y escribas. Pero una vez más el demuestra solidaridad con la humanidad. Las enfermedades eran consideradas consecuencias del pecado y por eso eran marginados por la sociedad. Sin embargo, Jesús restablece al paralítico. Primero lo perdona por sus pecados, lo levanta y lo ordena a ir con los suyos a su casa.
De este modo vemos el perdón de los pecados donde se toca el aspecto religioso. Vemos después el aspecto físico cuando lo ordena a levantarse y finalmente el aspecto social cuando lo manda a irse a la casa con los suyos.
Este Domingo VII de Tiempo Ordinario antecede el Miercoles de Ceniza este próximo miercoles. Jesús nos ha preparado el camino dándonos un preambolo de cual será su Reino, lo que vino a hacer en este Mundo y su llamado a la conversión. Así se irá meditando a lo largo de la Cuaresma, donde nos preparamos para el "Paso de Cristo en la Vida del Hombre", la Pascua.
Dios les Bendiga!
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