En el Evangelio de hoy según San Marcos Jesucristo le narra a sus discípulos el primer anuncio de su pasión y resurrección. En otras palabras, el mismo está profetizando lo que le va a ocurrir y cual es su misión en este mundo.
"Y empezó a explicarles que el Hijo del Hombre tenía que padecer mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los letrados, sufrir la muerte y después de tres días resucitar", Marcos 8, 31.
Es aquí cuando Jesús comenzó a develar su identidad mesiánica y explica las exigencias de como seguir su camino: compartir el camino de la pasión, dar la vida por la causa del reino, optar por la vida antes que el egoísmo del mundo y sentirse orgulloso de Jesús y su palabra. Pedro intenta obstaculizar este camino ante su desconocimiento y el mismo Jesús le llama Satanás, porque está actuando como el mismo tentador.
Siguiendo esta misma línea, el Apostol Santiago sigue predicando esas enseñanzas de Jesús, pero en este caso habla de la parcialidad y que no es correcto darle más importancia al rico y marginar al pobre. "¿acaso no escogió Dios a los pobres de este mundo para hacerlos ricos en la fe y herderos del reino que prometió a los que lo aman? Ustedes, en cambio, desprecian al pobre", Santiago 2, 5-6.
Hay que tener presente que Jesús vino a servir y no ser servido, que su reino no es de este mundo, que el escogió a pescadores a que lo siguieran. Esto no es solo una lección de humildad, sino a que aprendamos a entender cual es su misión en esta tierra.
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