Hoy es viernes y es un buen momento para reflexionar sobre el ser católico y seguir a Cristo Jesús. Muchas veces nos pasa que cuando decimos que somos católicos lo decimos con miedo a que dirán los demás, a veces lo omitimos buscando aceptación por otros y otras veces simplemente optamos por quedarnos callados cuando quieren descubrir nuestra identidad como miembros de la Iglesia Universal.
"Si uno se averguenza de mi y de mis palabras ante esta generación adultera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará de él cuando venga con la gloria de su Padre y acompañado de sus santos ángeles", Marcos 8, 38.
Estas palabras de Jesús en el evangelio de Marcos a sus discípulos les quiere advertir sobre las exigencias que implica seguir su camino, entre ellas, sentirse orgulloso de Jesús y de sus palabras. ¿Cuantas veces nos avergonzamos de Dios? ¿Cuantas veces nos escondemos de Dios? ¿Cuantas veces preferimos callar una injusticia por miedo a lo que digan los demás.
Muchas veces nos pasa también que dentro de nuestra misma Iglesia creamos divisiones. Que si los carismáticos, que si los cursillistas, que si los Ministros de la Comunión, etc... Eso lo que provoca es que división y se crean pequeñas capillitas y no estamos congregados como una Iglesia Santa, Católica, Apostólica y Romana. El hermano que llegue nuevo a esa comunidad parroquial y vea a una comunidad dividida, lo menos que va a querer es estar allí.
Es por eso que hoy es un buen día para salir a la calle contento y demostrarle a los otros lo bien que se siente cuando abrazamos a Cruz de Cristo y optamos por seguirlo. Cuando alguien te pregunte que eres, demuestrale que eres Católico. Dilo con orgullo, con firmeza, que no tenga miedo en abrazar la cruz de Cristo, porque el que se acoge a él tendrá Vida Eterna. Así nos ayude Dios.
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