Primer Anuncio de la Pasión

Al observar el Evangelio de hoy según San Lucas observamos que ya Jesús le dice a sus discípulos el Primer Anuncio de la pasión y resurrección.  Hoy, jueves después de ceniza, son varios los puntos por los que debemos reflexionar sobre este pasaje.

"El hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser rechazado por los ancianos, sumos sacerdotes y letrados, tiene que ser condenado a muerte y resucitar al tercer día", Lucas 9, 22.

Yo solo me imagino estas palabras como debieron de haber espantado a los discípulos en aquella época.  Vemos como ya tan pronto como jueves después de ceniza, se nos presenta este pasaje del Evangelio de Lucas, solo un preambolo de lo que nos estaremos preparando en estos 40 días, donde Jesús muere y da el paso a la vida eterna.

Hermanos, este pasaje además nos enseña que ser cristiano no es fácil.  Al igual que Cristo no fue un Rey que nació en un palacio, ni se pasaba con los sacerdotes ni letrados de la época y que hasta fue rechazado por el propio Pedro en el momento de la pasión, al igual nosotros debemos imitarlo a él.

Es un buen momento en esta cuaresma, como se recordaba ayer, el dar limosna, el hacer obras de caridad, visitar un enfermo, algún familiar que hace años no vez, hablar con el amigo que quisás hace años no hablas, reconciliarte con el de al lado.  ¿Qué es difícil?  Pues claro que es difícil y esa es la invitación que Cristo Jesús nos hace a nosotros.  Por más difícil que sea él va a estar en el acompañamiento junto a nosotros.

Tengamos presente las palabra que dijo un poco más adelante en el pasaje del evangelio de hoy, "El que quiera seguirme, niéguese a si mismo, cargue con su cruz cada día y sigame", Lucas 9, 23.  todos tenemos una cruz que todos los días cargamos.  Ahí está nuestra familia, nuestro trabajo, nuestras deudas, nuestras responsabilidades, nuestros pasatiempos, nuestros defectos, nuestras virtudes, nuestros talentos, nuestros amigos, nuestros enemigos, nuestro jefe, nuestros desconocidos, etc...  En fin  hermanos, aprendamos a como sobre llevar nuestras cargas, a cargar nuestra cruz, obedecer a Cristo, como él, que fue obediente hasta la muerte, y sigamoslo.

Dios les Bendiga...