Wednesday, February 15, 2012

Cristo cura al ciego


En el Evangelio de hoy de San Marcos vemos nuevamente a Jesús en acción durante su vida pública.  En este pasaje vemos cuando sana al ciego de Betsaida.  Antes lo sacó de la ciudad y le puso saliva en sus ojos.

"¿Ves algo?  Y mientras recobraba la vista dijo: "veo hombres; los veo como árboles, pero caminando."  De nuevo le impuso las manos a los ojos.  El ciego afinó la mirada, fue sanando y distinguía todo con claridad", Marcos 8, 23-25.

Lo primero que vemos aquí es que lo sacó de la ciudad, pues como se decía en pasajes anteriores, los milagros no son espectáculos públicos.  Lo segundo es que el ciego fue recobrando su mirada por etapas.  Este milagro se da dentro del contexto de la prueba de los discípulos, que veían y estaban con Cristo, pero no reconocían su palabra.  Con esta escena Cristo nos enseña a que la madurez en la fe es una que se da por etapas.  Nosotros a veces somos ciegos en la fe y la ceguera de los discípulos se sano cuando Cristo resucitó y recibieron el Espíritu Santo para evangelizar.

¿Cuantas veces nosotros nos comportamos como el ciego?  ¿Tenemos ceguera espiritual?  ¿Cuantas veces entramos a un templo y no nos damos cuenta que Cristo está presente en el Sagrario?  ¿Cuantas veces vemos a Cristo presente en el trato a los demás?

Es así como el Apostol Santiago también nos invita a poner en práctica la palabra y lo que hemos aprendido.  "Porque si uno es oyente del mensaje y no lo practica, se parece a aquel que se miraba la cara en el espejo: se observó, se marchó y muy pronto se olvidó de cómo era", Santiago 1, 23-24.

En otras palabras se nos dice que no es cuestión de ir a Misa, rezar el Rosario, entro otras cosas, es ponerlo en practica.  La invitación que Cristo Jesús nos hace es a no ser Ciegos en la Fe.

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