Saturday, April 7, 2012

En Vísperas de la Resurrección


En la Liturgia de hoy Sábado Santo el Pueblo Santo de Dios nos encontramos a la espectativa de la gran celebración de la Resurrección de Jesús y su triunfo sobre el pecado y sobre la muerte.  En definitiva, es el día más importante del año, ya que nuestra vida como cristianos gira en torno a ese gran acontecimiento para la humanidad.  Tal y como lo decía el Beato Carlos Manuel Rodríguez:  "Vivimos para esa noche".

En el Evangelio de hoy según San Marcos nos encontramos con el relato del Sepúlcro vacío.  Si vemos fueron María Magdalena, María, madre de Santiago, y Salomé las que fueron a perfumar el cuerpo de Jesús sin saber que la noticia que iban a recibir era que resucitó, tal como lo decía la profesía "resusitará al tercer día". 

Primer dato curioso es que quienes iban camino al sepúlcro eran mujeres, inclusive algunas pecadoras, pero que Jesús en vida les perdonó los pecados.  En ningún momento se habló de los apóstoles ni de los sabios ni capacitados, pues los apóstoles estaban asustados y escondidos, los sabios y los capacitados, o sea los doctores de la ley, fueron los que lo mandaron a crucificar.

El Sepúlcro vacío es lo que nos pasa de la muerte a la vida, del pecado a la gracia, de la oscuridad a la luz.  Cristo ha resucitado de entre nos muertos y se hace luz del mundo.  Este acontecimiento es el que además marca un nuevo comienzo en la historia de la humanidad, es en este punto cuando Jesucristo prepara lo poquito que le falta para marchar de este mundo la presencia del padre y entonces nos corresponde a nosotros continuar con la obra evangelizadora anunciando la Buena Nueva que él nos dejó.



Es por eso que si hoy te sientes triste, no te preocupes que Jesucristo se hace luz para iluminar tu vida.  No importa si estás enfermo en una cama, estás desempleado, triste, deprimido, solo o desamparado, alegrate, pues Jesús a resucitado. 

La Liturgia de hoy tiene varios elementos que se incorpora.  Uno de ellos es el Fuego Nuevo, que el signo es el Círio Pascual, pues Cristo se hace luz entre nosotros.  El segundo es la bendición del agua, ya que renovamos esas promesas que hicimos en nuestro día del Bautismo, día en que pasamos a ser de criaturas de Dios a Hijos de Dios.

Este acontecimiento de hoy nos dice que hay vida eterna.  Nosotros no nacemos para morir sino que nosotros morimos para nacer.  Que Dios les Bendiga...

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