Saturday, April 21, 2012

Un poco más sobre las primeras comunidades cristianas



Reflexionando un poquito sobre esas primeras Comunidades de Fe, o lo que llamamos Iglesia Primitiva, vemos surgió una necesidad y fue necesario la elección de los primeros siete diáconos.  Vemos que aunque había persecusión entre los sumos sacerdotes, escribas y doctores de la ley, el número de cristianos seguía creciendo y eran más las necesidades que seguían surgiendo.

Hoy, el libro de los Hechos de los Apóstoles nos dice lo siguiente:  "En aquellos días, como el número de discípulos aumentaba, los helenistas comenzaron a murmurar contra los hebreos porque se desatendían a sus viudas en la distribución diaria de los alimentos. Entonces los Doce convocaron a todos los discípulos y les dijeron: "No es justo que descuidemos el ministerio de la Palabra de Dios para ocuparnos de servir las mesas. Es preferible, hermanos, que busquen entre ustedes a siete hombres de buena fama, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, y nosotros les encargaremos esta tarea", Hechos 6, 1-3.

Es de aquí donde se eligen a esos primeros siete diáconos.  La palabra diácono viene de la palabra diakonos, que significa ministro o servidor.  Es en este pasaje que vemos como se originó el oficio del diaconado, que los judíos se estaban quejando de que sus viudas eran desatendidas en el oficio cotidiano para eso nombraron a estos hombres para que así los apóstoles, junto a los demás discípulos, pudieran dedicarse a la oración y ministerio de la palabra y no lo descuidaran.

Estos siete hombres fueron:  Esteban, Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Pármenas y Nicolás.  Los apostoles le impusieron las manos y así fue como comenzaron su ministerio.  Igual ocurre hoy día cuando el obispo, sucesor de los apóstoles, le impone las manos a esos nuevos diáconos, ya sean los transitorios hacia el sacerdocio, o los que optan por el diaconado permanente, que la mayoría son hombres casados y tienen funciones dentro de la liturgia y de servicio a la comunidad.  Son los llamados ministros menores dentro del sacramento del Orden Sacerdotal.

No se puede dejar pasar por alto que uno de los primeros diáconos se convirtió en nuestro primer mártir de la Iglesia Católica.  San Esteban murió apedreado por predicar la palabra de Dios.  Al igual que él, hemos visto a lo largo del libro de los Hechos de los Apóstoles como los discípulos no tuvieron miedo de predicar las enseñansas de Cristo aunque fueron asotados en el Sanedrín.

Vemos como ellos en ningún momento cuestionaron la autoridad de los Sumos Sacerdotes ni los Escribas, pero si pusieron por delante las enseñansas de nuestro Señor Jesucristo.  Hermanos, primero es lo que dice Dios, no lo que dice la gente.  Podrán decir "yo creo en Dios a mi manera", "yo practico la religión a mi manera", "que si la Biblia para mi dice o no dice tal cosa", "que si yo rezo en mi casa y eso es suficiente".  Todo eso viene del hombre, mientras tanto hubo muchos que primero pusieron a Dios, así les costara su vida.

Solo hay una verdad que es Cristo, por lo tanto somos una sola Iglesia, Santa, Católica y Apostólica.  Por lo tanto hay un solo Dios, que es uno y a la vez es trino.  Dios les Bendiga...

2 comments:

  1. Hola Alberto Ignacio!

    Contamos con la presencia de los reverendos diáconos durante las pompas fúnebres de nuestro Señor Cardenal. Su labor fue excelente.

    El diaconado en San Juan fue un legado de Su Eminencia, que lo reinstituyó a partir de su puesta en efecto del Concilio Vaticano II en la Isla.

    Sin embargo, el primer Diácono ordenado en Ponce fue el Rev. Diácono Jesús María Pagán (RIP). De hecho, como mencionas que son servidores, el diácono Jesús María Pagán, sirvió en el Altar mayor de la Basílica de San Pedro en Vaticano, como diácono. Hay fotos de entonces.

    Hasta pronto,

    Natalio

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    1. Mi querido amigo Natalio:

      Así mismo es. El Diácono Jesús María Pagán fue ordenado por Mons. Juan Fremiot Torres Oliver (RIP), Obispo de Ponce (1964-2000), que también fue pionero en instituir el diaconado permamente.

      Tanto él como el Cardenal Aponte Martínez trabajaron en Concilio Vaticano II y esa fue parte de su puesta en escena. Oremos por todos eso diáconos que optan por el Servicio a Cristo en el altar, en vez de estar con sus esposas en un bote, o en la playa, o en un cine, etc...

      Dios le siga bendiciendo...

      Atentamente:
      Alberto Ignacio González

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