Manipulación de la Sociedad (Quinto de una Serie)

Durante todo el comienzo del Siglo XXI, la sociedad se ha destacado por tener una guerra ideológica.  Algunas de ellas han ido dirigidas única y exclusivamente para la manipulación de la sociedad.  Lo descrito anteriormente ha provocado que el secularismo y relativismo estén en pleno apogeo, sin pasar por alto todos aquellos que no conocen a Dios.

Una forma adicional por la cual la sociedad puede verse manipulada es a través de un ataque vicioso al oponente en vez de a las ideas.  Esto ha pasado mucho con los sacerdotes, que no importa lo que digan, sea bueno o malo, son subestimados públicamente por la mala imagen que han creado, con el único propósito de desestabilizar y desacreditar a la Iglesia.

Los han denigrado de múltiples formas.  La primera es el celibato sacerdotal.  Han manipulado la opinión pública diciendo que el que opta por el celibato es un homosexual, cuando la realidad es todo lo contrario.  No estamos diciendo que hayan homosexuales, pero los que lo son han sido unos buenos sacerdotes, sin tener que incurrir en ninguna mala práctica que han hecho otros que le han fallado a los fieles.

Otra forma ha sido con los lamentables incidentes de pederastía que han ocurrido con algunos sacerdotes, los cuales ya la Santa Sede en Roma los ha sacado de circulación.  No se puede asociar la variable de pederastía, con la variable de celibato.  Los incidentes de abuso sexual de menores han ocurrido de igual o mayor forma en las Iglesias Protestantes y hasta en la comunidad laica, donde han habido padres que han abusado de sus hijos, de otros niños y hasta abuelos que han abusado de sus nietos.

Pero claro, la resonancia que recibe en la opinión pública es mucho mayor cuando proviene de la Iglesia Católica, sobre todo si es un sacerdote.  Los incidentes que han ocurrido son solo una minoría de sacerdotes.  Nuestra Iglesia se ha destacado por un sinúmero de obras de caridad en escuelas, hospitales, servicio público, labor comunitaria y en los actos de piedad y la propia liturgia.  Gracias a los servicios de nuestra Santa Madre Iglesia, muchos paises se han economizado millones de dolares en impuestos, gracias por las buenas obras de caridad que hacen esos hombres y mujeres que entregan su vida a Dios.

Cuando quieras atacar a un sacerdote o una religiosa, piensa mejor en atacar las ideas.  Haz referencia a la Biblia, al Catecismo de la Iglesia Católica, el Concilio Vaticano II y a los textos de los llamados Padres de la Iglesia (San Agustín, San Ambrosio y San Gerónimo por mencionar algunos).  Destaquemos y recordemos siempre las buenas obras que se han hecho por la humanidad, que no es otra cosa que aquello a lo que Cristo Jesús nos invita:  el Mandamiento del Amor, que no es otra cosa que amarlo a él, rendirle culto, participar de sus sacramentos y hacer obras de caridad.  Que Dios les bendiga...