Hoy nuestra Santa Madre Iglesia se viste de otra fiesta de la Virgen María. En este caso se trata de la advocación de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, conocida como la Patrona de Haití y de la Congregación de los Padres Redentoristas.
Su origen es incierto, pero el icono oriental que sí reconocemos cuenta con otra tradicional imagen donde la Virgen tiene al Niño Jesús en manos, pero en este caso el Niño es flanqueado por dos ángeles, a la izquierda, San Miguel, que sostiene la caña y la esponja con vinagre, además de la lanza, y a la derecha, San Gabriel, que sostiene la cruz y los clavos, como instrumentos de la Pasión de Cristo.
Este hermoso cuadro representa nuevamente la Pasión del Señor, pero a la vez a María como madre de Cristo y madre nuestra, como socorredora de la bondad y al cuidado del Niño Jesús desde el momento de la cocepción. Es de ahí que viene la advocación del Perpetuo Socorro. Como antes mencionado, la pintura es oriental y fue descubierta en el Siglo XV, aunque se dice que fue pintada en los tiempos de la Iglesia Primitiva, ya que el cuadro tiene características de la época.
Entre las características orientales se encuentran que todas las letras son griegas; las letras griegas en la aureola del niño (OWU) significa "el que es" y las tres estrellas sobre la cabeza y hombros de María indican su virginidad antes del parto, durante el parto y después del parto. Otra de las observaciones es que la cabeza de la Virgen está redondeada, ya que no era común en aquella época la utilización de la aureolas. Esa era la forma de representar la santidad. Las aureolas fueron añadidas mucho después.
Pensandolo bien, hoy es un buen día para elevar una oración por Haití y por todas sus necesidades. Es un pueblo que tiene mucha hambre física, pero también tienen hambre de Dios. A casi 3 años del terremoto ocurrido, todavía hay muchas familias que viven en total miseria y al igual que Jesucristo tuvo su pasión y su muerte, estos hermanos nuestros de las antillas están atravezando el duro madero de la cruz, reflejada en el hambre, la desesperación, la falta de ropa y de un techo para vivir.
Pidamos la intercesión del Perpetuo Socorro, para que al igual que custodió al Niño Jesús desde su concepción hasta el día de su pasión y muerte, socorra y acompañe a estos hermanos haitianos para que así puedan ver al menos un rayito de luz y esperanza. Que Dios les bendiga...
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