Si juzgan serán juzgados

Las lecturas de la liturgia de hoy vemos nuevamente el Evangelio de San Mateo.  En este caso el Capítulo 7, el último de lo que llamamos "La Carta Magna del Cristianismo".  Este fragmento de las Sagradas Escrituras nos habla de cómo uno puede ganarse el Reino de los Cielos.

Al leer vemos que el primer versículo dice:  "No juzguen a los demás y no serán juzgados ustedes.", Mateo 7, 1.  Al escuchar esto rápido me recuerdo del dicho popular "cuando señalas a alguien, hay tres dedos que te señalan a ti".
Pero, esto se refuerza con el siguiente versículo:  "Saca primero el tronco que tienes en tu ojo y así verás mejor para sacar la pelusa del ojo de tu hermano", Mateo 7, 5.  En resumidas cuentas, el evangelio de hoy lo que nos quiere decir es que no es simplemente no juzgar por juzgar, es que no juzgues si no practicas lo que predicas.

Si predicas sobre la moral, no peques.  Si predicas sobre la vida, no abortes, si predicas sobre la pureza, no veas  pornografía y no te masturbes.  Sobre el particular, el Papa Benedicto XVI en su encíclica "Caritas in veritate" nos comenta que "el amor es una fuerza extraordinaria, que mueve a las personas a comprometerse con valentía y generosidad en el campo de la justicia y de la paz... Sin verdad, sin confianza y amor por lo verdadero, no hay conciencia y responsabilidad social, y la actuación social se deja a merced de intereses privados y de lógicas de poder, con efectos disgregadores sobre la sociedad, tanto más en una sociedad en vías de globalización, en momentos difíciles como los actuales."

Con esta reflexión es que entendemos que la caridad y el amor van a la par, pero también la caridad es compartida, la das y la recibes.  Pero esto tiene que ir acompañado de esa confianza que pones en el Señor y confiando en su misericordia.  En otras palabras, todo en la vida es basado en el amor.  Si las cosas no se hacen con amor, simplemente estás apelando a caprichos personales y no estás aportando al bien del hermano, del prójimo.

Tengamos esto presente a la hora que estemos señalando y juzgando al prójimo.  Siempre hay que verlo desde el punto de vista de la caridad, del amor a ti mismo, a Dios y al prójimo.  Dios les bendiga...