Hoy celebramos la vida y fiesta de San Ignacio de Loyola, conocido por muchos como el fundador de la Compañía de Jesús (Jesuitas) y por su entrega a la pobreza y vida contemplativa, o de oración. Nació en el año 1491 en el Castillo de Loyola de en Azpeitia. Sus padres eran una de las familias más nobles de la región. Durante su juventud comenzó una carrera militar que terminó abruptamente al lesionarse una pierna en una de las batallas.
Dentro de su convalecencia comenzó a leer libros de índole cristiana y de la vida de los santos. Fue ahí que se dio cuenta que eran hombres de carne y hueso igual que él y que él podía también hacer lo que ellos hicieron. Fue de aquí cuando comenzó a hacer penitencia y a llorar por sus pecados, además que se propuso hacer una peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de Montserrat.
Su intención era llegar a Tierra Santa pero para eso tenía que embargarse a Barcelona, pero la ciudad estaba cercada por miedo a la peste, lo que provocó que tuviera que albergar en un poblado llamado Manresa y fue ahí donde la Virgen lo visitó. Durante ese tiempo estuvo viviendo en pobreza y haciendo oración y penitencia. La aparición de la Virgen lo consoló profundamente y salió de la noche oscura en que se encontraba a una total alegría. Fue de aquí donde salió gran parte de lo que narra en su libro de "Ejercicios Espirituales".
Todo esto fue solo un preambulo de lo que luego fue su vida de entrega total a Dios. Estuvo preso por la inquisición española y luego comenzó estudios en París conducentes al sacerdocio. Ahí mucho de sus compañeros quedaron encantados con sus predicaciones y se unieron a él durante el proceso de estudios. Años más tarde logra fundar junto a ellos la congregación de los Jesuitas, con el único proposito de hacer el bien a donde el Papa los enviara. A esto se le unió los votos de pobreza, castidad y obediencia a un superior que ellos nombraran.
Lograron la aprobación canónica para el año 1540 y San Ignacio pasó a ser el primer general de la orden, cargo que aceptó con obediencia. Pasó el resto de su vida en Roma donde fortaleció y expandió la Compañía de Jesús a otros países de Oriente y Occidente enviando así misioneros que comunicaran a Cristo. Cuando muere en el 31 de julio de 1556, ya tenía 10 mil miembros en la órden y se había extendido a más de 9 paises europeos, a India y a Brasil.
Oremos para que por la intercesión de San Ignacio de Loyola seamos obedientes como Cristo fue obediente hasta la muerte y para que maduremos en la actitud de la oración y en tener la conciencia de las enseñanzas de Cristo hacia la humanidad, de manera especial los 10 mandamientos. Que Dios les bendiga...
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