Wednesday, January 9, 2013

El piropo perfecto

Intenta de vez en cuando decirle a la mujer algo diferente
de manera especial, algo que apele a su dignidad humana
¿Alguna vez le has dicho a una mujer algo diferente?  Piensa de la siguiente manera, estás en una barra, una tienda, un cine, o cualquier otro establecimiento, y vez a esta mujer preciosa.  Vez a la gran mayoría de los hombres decirle lo que ella está acostumbrada a que le digan.  Fraces tan comunes como "que linda", o "wow esos ojos", o "wow, esas piernas", o "wow, eso vale 100", etc...

Pero resulta que la viste y le dijiste algo completamente diferente y eso le llamó tanto la atención que te hizo caso a ti.  Con esta premisa ahora te pregunto, ¿quieres ser del 97% o del 3%?  Con esta pequeña reflexión verás de que lado estás y hacia donde tienes que moverte.

Imaginate que tienes una hija adolescente producto de una relación con tu bella esposa.  Esa hija es tan y tan bella que se tomó unas fotos en traje de baño, las puso en la web y tiene a un montón de hombres detrás gritandole piropos comunes como si fuera un pedazo de carne de rez.  ¿Cómo te sentirías como padre?  Apuesto lo que sea que bien no te sentirás.

¿Haz elogiado a una mujer por lucir vestimenta recatada o le has celebrado algo que no tenga que ver con su cuerpo, sino con ella?  Expertos en búsqueda de pareja apuestan siempre a que la mujer se comunica a través de las emociones y lo que realmente le seduce son las palabras del caballero.  El decirle algo diferente, que tenga que ver con ella y no con su cuerpo, le despierta curiosidad por la diferencia, pero también ve el hecho que tienes interés en conocerla y no meramente desear su cuerpo.

Al punto que quiero llegar es que con este análisis, que es parte de nuestra naturaleza humana, Dios nos da esa oportunidad de elogiar la dignidad humana de la mujer.  Algo que a mi me ayuda mucho es el hecho que esas mujeres hermosas que vemos por ahí son también hijas de Dios y que Dios las ama tanto como nos ama a nosotros, como me ama a mi.  Eso es más que suficiente para respetarla.  Acuerdense que Dios nos hizo para cuidar de ellas y con este pequeño gesto hacemos una gran diferencia.

Los dejo con estas sabias palabras que una vez dijo el Beato Juan Pablo II:  "Cada hombre debe mirarse dentro de sí a ver si ella, que le fue confiada a él como una hermana en la humanidad... no se convierta en su corazón en un objeto de adulterio".

Ahora, ¿eres del 3%?  Dios les bendiga!

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