Sunday, April 8, 2012
Ser luz de Cristo
Cristo ha resucitado de entre los muertos y se hace luz para darnos la vida eterna. Es motivo de alegría para todos nosotros el que Jesús, Hijo de Dios, haya resucitado de entre los muertos y nuestra vida adquiera otra dimención, pues ya no nacemos para morir, morimos para nacer.
Papa Benedicto XVI en su homilía en la noche de la Vigilia Pascual nos hablaba mucho de la luz y lo que es la luz en nuestras vidas. "El gran himno del Exsultet, que el diácono canta al comienzo de la liturgia de Pascua, nos hace notar, muy calladamente, otro detalle más. Nos recuerda que este objeto, el cirio, se debe principalmente a la labor de las abejas. Así, toda la creación entra en juego. En el cirio, la creación se convierte en portadora de luz. Pero, según los Padres, también hay una referencia implícita a la Iglesia. La cooperación de la comunidad viva de los fieles en la Iglesia es algo parecido al trabajo de las abejas. Construye la comunidad de la luz. Podemos ver así también en el cirio una referencia a nosotros y a nuestra comunión en la comunidad de la Iglesia, que existe para que la luz de Cristo pueda iluminar al mundo.", fueron parte de las palabras de nuestro Santo Padre.
Estas palabras del Sumo Pontífice nos hacen reflexionar sobre la comunión de la Iglesia con él, con los obispos, los sacerdotes, los diáconos, los religiosos y religiosas, y los demás fieles, donde en cada uno Cristo se manifiesta para llevar a cabo su obra. El crear vida de Comunidad en la Fe nos ayuda a ser luz en medio de la humanidad.
En estos tiempos, donde existe un reto de la "Nueva Evangelización", es importante que esos hermanos separados vean una comunidad unida, alegre, en gracia y que practica la caridad, ya que esa es la única forma que nos acerca a la luz y nos aleja de la oscuridad, nos acerca a la gracia y nos aleja del pecado, nos da la plenitud de la vida y nos aleja de la muerte.
Es así como solo seremos luz en el camino. Es por eso que esa luz, que se simboliza en el Cirio Pascual, que fue la misma que portastes el día de tu bautismo, es la que siempre debes pedirle a Cristo para que te capacite a ser mejor persona, para que puedas ser portador de su palabra, para que puedas llevar una sonrisa en medio de la tristeza y para que puedas dar pan y agua donde hay hambre y sed de Cristo.
Cuando visites tu comunidad parroquia aprendete los nombres de aquellos que aun no conoces, establece un diálogo con los miembros de los distintos ministerios, participa de las reuniones del Consejo Pastoral Parroquial, establece comunicación con el párroco y ponte a la disposición en cualquier cosa que necesite, recibe con una sonrisa y con acogida a aquel que llega por primera vez y sobre todo, fomenta las actividades en comunidad para así crear la vida de comunidad.
Felices Pascuas! Dios les Bendiga!
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